Lo siento, agente. Le juro que no vi la señal…

Por pepecar.com

Hay infracciones de tráfico que no tienen excusa, pero existen casos en los que la Administración debería preguntarse si efectivamente la culpa es del conductor, o de las personas encargadas de que la señalización sea visible, inteligible o asumible en cuanto a volumen de mensajes.

Todos conocemos algún punto “trampa” como el de la fotografía y sabemos que en más de una ocasión ha podido acabar en disgusto. Muchas veces no es que los conductores no queramos cumplir con las normas, sino que no se nos transmiten adecuadamente a través de la señalización.

La imagen es tan sólo una muestra de la saturación de señales que se produce en ocasiones, no sólo en vías urbanas sino también en plena carretera. Si hablar por el móvil o realizar cualquier otra actividad que nos distraiga mientras conducimos supone un riesgo, no veo por qué habría de serlo menos el tener que descifrar de un solo vistazo tal cantidad de mensajes. Si a ello le añadimos carteles indicadores de dirección, en más de una ocasión sería necesario detener el vehículo unos minutos para poder comprender todo lo que se nos quiere decir.

A pesar de que no se me ocurre nada peor que una señalización masiva, porque además de no entender nada de nada acabas poniéndote nervioso, este no es el único inconveniente con el que los conductores nos encontramos a la hora de poder leer o interpretar una determinada señal. También las hay ocultas, directamente; por ejemplo, aquellas que tapan las ramas de los árboles o, peor aún, que han sido colocadas justo detrás de un objeto que impide su visión, como postes o carteles. Sobre esto ya veíamos algunos ejemplos en el artículo Alegaciones para recurrir una multa de aparcamiento.

La nieve es también cooperadora necesaria de la invisibilidad de las señales. Cuando hay temporal, muchas de ellas quedan ocultas bajo un manto blanco. Lo más irónico que he llegado a ver es una señal advirtiendo de riesgo de derrape por nieve, cubierta por la nieve. ¡Sería como poner una que advirtiera de peligro por barranco, en el fondo del barranco! Igual a este tipo de señales deberían dotarlas de un sistema de calor que impidiera que quedaran cubiertas por el hielo y la escarcha.

Otro grupo de señales no son visibles no porque estén ocultas tras un obstáculo o porque ocasionalmente algo las haya tapado… no. Son aquellas cuyo dibujo, o bien han desaparecido del soporte de puro viejo, o acaso han sido objeto de actos vandálicos, tales como pintadas o colocación de pegatinas que impiden su correcta comprensión, sobre todo cuando bajo ellas reza un mensaje. En este punto aprovecho para hacer un llamamiento a la responsabilidad: no debemos deteriorar aquellos elementos que, en muchos casos, están para garantizar la seguridad. También nuestra seguridad.

En conclusión, que muchas veces no es que los conductores nos saltemos las indicaciones a la torera, sino que las infracciones las cometemos porque en muchos puntos de España conducir se parece cada vez más a una gimkhana. ¿Y tú? ¿Conoces algún lugar donde la señalización sea un desastre? Cuéntanoslo dejándonos un comentario e incluso un enlace a la fotografía.

Imagen: Flickr / Manel; 20Minutos; Flickr/ Pantulius; Flickr/ Vagamundos