La importancia del alumbrado: mantenimiento y uso de las luces

Por pepecar.com

Es evidente que ningún conductor olvida encender las luces de su vehículo cuando no se ve absolutamente nada afuera pero, aunque las luces del coche son tan importantes como nuestros propios ojos a la hora de ponernos al volante, sí que existen distintos aspectos que se obvian o se descuidan sobre el alumbrado antes o durante la conducción, como puede ser el no encender las luces en lugares que cuentan con iluminación artificial, como vías urbanas o túneles. Es importante tener en cuenta que las luces no sólo sirven para que nosotros veamos, sino para que nos vean los demás.

La Ley establece que deben encenderse las luces entre la puesta y la salida del sol o en condiciones de baja visibilidad provocadas por niebla, lluvia intensa, humo o zonas sombrías, aunque se está estudiando una normativa que obligue a llevarlas encendidas siempre que el vehículo esté en movimiento. Es importante recordar que las luces antiniebla sólo deben emplearse en condiciones de pésima visión, pues son muy potentes y pueden deslumbrar a otros conductores.

Las luces son una parte muy importante de un vehículo y si no están en perfecto estado es casi como si no estuvieran. Para que nos hagamos una idea, a una velocidad de 90 km/h, un coche recorre unos 25 metros por segundo. Si nuestras luces no alumbraran de manera óptima podríamos darnos de bruces con un obstáculo con medio segundo de retraso. Por tanto, es crucial que mantengamos el alumbrado del coche a punto siguiendo una serie de consejos, como comprobar periódicamente que todas las luces funcionan.

Un mal alumbrado hace que nuestra visibilidad sea mala, algo que puede incrementar nuestra fatiga. Además interferiremos en la buena visibilidad de otros conductores, por lo que se recomienda cambiar las luces bien cada dos años, bien cada 50.000 kilómetros. Eso sí, cuando las cambies, hazlo por parejas, aunque veas que una todavía funciona, para evitar que la intensidad del alumbrado quede descompensada.

Muchos coches incorporan ya faros de xenón, que producen una luz mucho más blanca e intensa y mejora la visibilidad en noche cerrada o en condiciones atmosféricas adversas. Sin embargo, es muy importante que no nos demos al tunning por nuestra cuenta y no coloquemos lámparas xenón en faros preparados para alojar lámparas halógenas, pues el faro reúne características distintas dependiendo del tipo de lámpara para el que fue fabricado.

Un buen haz de luz no depende únicamente de la intensidad o buen estado de la bombilla, sino también de que nada opaco se interponga en su camino. Esto quiere decir que debemos acordarnos de limpiar la pantalla protectora, pues si estás sucia, llena de polvo o envejecida se reduce sensiblemente la distancia de alumbrado.

Imagen: Flickr / jzx100.com