Precauciones para conducir en días de lluvia

Por pepecar.com

Con la chupa de agua que ha caído este pasado fin de semana en muchos lugares de España seguro que más de uno ha necesitado poner los cinco sentidos en la carretera para evitar un susto, pues el agua quita visibilidad y capacidad de maniobra cuando se está al volante. Aunque gran parte de las precauciones que debemos tener en días lluviosos pasan por extremar nuestra atención como conductores, igual de importante es que le vehículo se encuentre en óptimas condiciones de mantenimiento.

Leí una noticia hace unos días en la que se decía que, con motivo de la crisis, este año han disminuido notablemente el número de revisiones en los vehículos, algo que, aparte de tener un poco nerviosos a los mecánicos, puede resultar peligroso para los conductores, y se advertía de que este año se producirán un gran número de averías poco usuales en las carreteras como consecuencia de querer “estirar” unos kilómetros más el momento de revisión.

Si queremos evitar tener problemas al volante de nuestro coche un día de lluvia primero debemos asegurarnos de que nuestro coche se halla en condiciones para salir a carretera. Crucial en días lluviosos es que tengamos en buen estado los neumáticos del coche, con una profundidad adecuada del dibujo, como ya os explicábamos en un artículo sobre la vida útil de los neumáticos. Si las ruedas están bien, mejoraremos el agarre a la calzada y evitaremos más fácilmente el tan peligroso aquaplannig.

Debemos comprobar antes de salir que los limpiaparabrisas  funcionan correctamente y que las escobillas no están desgastadas, pues de su buen funcionamiento dependerá que tengamos una óptima visibilidad. También es importante que comprobemos antes de partir que las luces de nuestro vehículo están a punto, como ya os comentábamos en un artículo sobre el buen uso y mantenimiento del alumbrado.

Pero vayamos al grano. Antes de ponernos en marcha un día lluvioso encenderemos las luces de posición y pondremos en funcionamiento el mecanismo para desempañar los cristales. Ya en marcha, es recomendable que conduzcamos a una velocidad un 30% más lenta de lo que lo haríamos en condiciones normales, poniendo especial atención en mantener una distancia prudencial del vehículo que nos preceda, pues con la calzada mojada aumenta casi hasta el doble la distancia de frenado.

Procura llevar a cabo una conducción tranquila, sin pegar frenazos o llevar a cabo maniobras bruscas. Es además recomendable que de manera regular durante el trayecto probemos los frenos, pues son abundante agua su rendimiento se puede ver mermado. Si la altura del agua llegara a superara el  tubo de escape deberemos meter una marcha baja y no dejar de acelerar para evitar que entre agua en el motor y se nos pare el coche.

Ten siempre en cuenta que los primeros minutos de lluvia son los más peligrosos, ya que es el momento en el que se forma barro y el pavimento se vuelve resbaladizo. Recuerda que en caso de que la visibilidad sea casi nula lo mejor es reducir la velocidad todo lo posible e incluso llegar a detener el vehículo hasta que el torrente aminore.

Vía: Bien Simple

Imagen: Flickr / JSmith Photo; Flickr / clairity