Coches recubiertos con objetos, ¿Arte o desacierto?

Por pepecar.com

No hay que tomarlo como una extensión del tuning, sino como una actividad con pretensiones artísticas. Y decimos pretensiones porque si bien es cierto que en muchos casos puede apreciarse el arte en la práctica de recubrir un vehículo con determinados materiales, en otros interviene un espíritu algo friki que hace aflorar el mal gusto.

Por ejemplo, el mercedes de la fotografía fue recubierto con 300.000 cristales de Swarovski, convirtiéndolo en una pieza de lujo, de coleccionista y valorado en una importante cantidad de dinero, ya que este hecho lo covertía en un vehículo único en el mundo. Un trabajo artesanal, bien acabado, que ha podido contemplarse en salones y muestras de varios países del mundo.

A pesar de lo que se suele afirmar, la línea entre el mal y el buen gusto no siempre resulta ser tan fina. En contraposición al modelo anterior existen ejemplos como este, donde una falsa piel de serpiente recubre la totalidad del vehículo que, para más inri, se adorna con falsas serpientes. Pelín hortera.

Otros objetos se han utilizado para recubrir coches, con mayor o menor acierto. Puede entenderse como divertido el hecho de revestir absolutamente todo el coche con chapas de botella, pero la verdad es que elegante no queda. Tampoco lo es esconderlo bajo tiras y tiras de teclas de ordenador, máxime si los motivos o mensajes carecen de todo gusto. Y recubrir el coche con placas de circuitos electrónicos puede resultar excesivamente geek.

De nuevo un Mercedes, pero recubierto por 10.000 bolígrafos, fue el coche que los diseñadores de Costas Schuler idearon y denominaron “Mercedes Pens” ¡Qué originales! Y de rizar el rizo nos ha parecido un antiguo Ford Capri que el artista conceptual James R. Ford recubrió con 4.500 coches de juguete. ¡Y puestos a recubrir, sumerjamos un coche en chocolate! 200 kilos nada menos dieron un suculento aspecto a un escarabajo de Volkswagen, eso sí, con la excusa de celebrar el día de San Valentín.

En ocasiones se apela a la ecología y a la idea de reutilización y sostenibilidad, como fue el caso de un MG literalmente envuelto en un trenzado de cinturones de seguridad. Raro es ver un coche cubierto de pequeños edificios simulando un mapa-maqueta y asombroso contemplar uno en el que se han pegado cientos de miles de cristales rotos, de punta, “antirrobo” diría yo. Y lo del coche recubierto de post-it parece tratarse más bien de la broma que se le gasta a la tía Enriqueta, con mucha paciencia eso sí.

En esta galería podéis apreciar el aspecto de todos los vehículos a los que nos hemos referido, pero no son los únicos. Puede decirse que se han recubierto coches casi con cualquier cosa que podamos imaginar: monedas de oro y plata, césped, espejos, esmalte de uñas, sellos de correos, instrumentos musicales, cámaras, cigarrillos e incluso chatarra… ¿Y tú? ¿Conoces algún otro coche adornado de esta manera que haya llamado tu atención?

Vía: Zenzi.org