Seguridad activa, pasiva y terciaria, cómo distinguirlas

Por pepecar.com

Ponerse a los mandos de un vehículo es una rutina a la que nos enfrentamos cada día con normalidad. Sabemos que debemos cumplir las normas, conocemos los riesgos que conllevan tales o cuales acciones al volante, sabemos que existen aspectos de riesgo que escapan a nuestro control,  pero por lo general nos sentimos seguros y nadie o casi nadie cuando agarra el volante se siente “en riesgo”, aún a pesar de que potencialmente siempre existe.

Desde hace unos años ya son muchos y bastante efectivos los dispositivos de seguridad que integran los vehículos, en vistas a reducir notablemente los siniestros o las consecuencias de un accidente. En este artículo queremos explicar la diferencia sobre la seguridad primaria, la seguridad secundaria y la seguridad terciaria.

La seguridad activa, también llamada primaria, consta de todos aquellos dispositivos o sistemas cuya finalidad consiste en evitar que se produzca un accidente, ayudando al conductor a no perder el control del vehículo. Tal es el caso de elementos como el sistema de frenado ABS, el control de estabilidad, la suspensión, el sistema antivuelco, la adherencia de los neumáticos, el sistema de dirección e incluso el sistema de iluminación. Aunque muchos de ellos no nos parezcan a simple vista sistemas de seguridad como tales, lo cierto es que lo son.

Los avances tecnológico han hecho posible la aparición de dispositivos que avisan al conductor en momentos en los que una acción no se considera adecuada, desde el sistema que alerta de que no llevamos puesto el cinturón a avisadores ante un cambio involuntario de carril o alarmas antisomnolencia.

En segundo lugar, debemos distinguir los sistemas de seguridad pasiva o secundaria, que son aquellos que tienen como objetivo reducir las consecuencias en el momento en el que se produce un accidente. En este apartado podemos citar el airbag, los cinturones de seguridad, las zonas de deformación programada, el diseño de la carrocería, los reposacabezas, las sillitas de bebé o las barras antivuelco que incorporan los descapotables.

Finalmente, cabe citar un tercer tipo de seguridad menos conocida: la seguridad terciaria. Los distintos dispositivos que se integran dentro de esta categoría son aquellos que, una vez sufrido el accidente, tratan de impedir que ocurran fenómenos que agraven la situación, por ejemplo aquellos que facilitan el rescate.

En esta categoría podríamos citar la función de apagado automático del motor, un diseño del depósito de combustible pensado para evitar derramamientos, desactivación de mecanismos de seguridad pasiva (desinflado del air-bag, fácil apertura de las hebillas de los cinturones de seguridad), llamada automática a un centro de emergencias, puertas diseñadas para su fácil apertura o para evitar que se deformen, o incluso algo tan simple como la Hoja de Rescate, una ficha con datos útiles sobre nuestro vehículo que ayudará a los equipos de emergencias.

Vía: Circula Seguro

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