El turista 2.0, un concepto de viajero que todo lo sabe y todo lo puede

Por pepecar.com

Un nuevo tipo de turista se ha abierto paso en los últimos años y se hace fuerte. Atrás quedaron los tiempos en los que todos los detalles relacionados con nuestro viaje eran un misterio, desde el precio real de los vuelos hasta la calidad del bufete libre del hotel propuesto, o más bien cabría decir impuesto. Hoy cada vez son menos los que ponen su viaje en manos del azar, y no es de extrañar teniendo en cuenta el gran abanico de oportunidades que nos ofrece Internet para informarnos de primera mano de hasta el último detalle.

Internet puso al alcance de casi cualquier persona la posibilidad de realizar una búsqueda entre distintas aerolíneas, comparar precios de los vuelos y lo que es mejor: elegir entre diferentes fechas el día en que el volar u hospedarse salía más económico. Comenzaba así el declive de la figura del intermediario: el agente de viajes que, tras un mostrador, realizaba nuestra reserva en su ordenador. Paquetes vacacionales, hoteles, restaurantes… cada vez era más la información disponible en Internet y programar nuestras vacaciones dejaba de ser una lotería.

Pero sin duda las estrellas de esta nueva forma de turismo fueron, y aún son, los comparadores de precios. Existen páginas de todo tipo y gracias a ellas es facilísimo encontrar la mejor opción en vuelos y hoteles, que incluso nos permite diseñar nuestro propio paquete vacacional, ya que gracias a un algoritmo matemático son capaces de ordenarnos el servicio que deseamos contratar de lo más barato a lo más caro. Además, muchos incorporan la posibilidad de filtrar los resultados añadiendo criterios de búsqueda como “mínimas escalas” en el caso de los vuelos, o “instalaciones para minusválidos” en el caso de los hoteles.

Sin embargo, al turista que planificaba su viaje a través de la Red aún le faltaba algo, pues la comunicación todavía era unidireccional y de empresa. Las páginas de los hoteles ofrecían información y fotos, pero era su información y sus fotos. Nos faltaba algo: nos faltaba la opinión del viajero que ya estuvo allí antes, que ya comió en tal o cual restaurante o voló con una u otra aerolínea y que regresaba con su propia información y sus propias fotos.

El primer punto de encuentro entre viajeros, y ciudadanos en general, donde cada uno podía formular una pregunta sobre cualquier tema y recibir una respuesta de primera mano y, digámoslo así, objetiva, fueron los Foros. Y en esas estábamos cuando la revolución 2.0 llegó a Internet. La aparición de los blogs como espacios de expresión independientes que ofrecían, además, derecho a réplica, así como el boom que experimentaron redes sociales como Facebook hicieron posible algo que hasta entonces sólo lo era a pequeña escala: dotaron al “boca a boca” de toda la vida de un enorme altavoz.

De este modo, cada vez que alguien opina en una red social, en un foro especializado, en un blog… es un mensaje lanzado al mar de Internet que puede ser pescado por cualquier navegante desde cualquier punto del planeta. El turista 2.0 no se conforma con que le digan las webs oficiales, sino que quiere, necesita, conocer la opinión de aquellas personas que, antes que él, contrataron los mismos servicios que él está pensando contratar para ver si se ajustan a sus necesidades. Existen blogs que son auténticas guías de viajes, como TripWolff.com, disponible en varios idiomas.

Así, el turista 2.0 se informa por Internet de los mejores destinos, localiza el lugar con Google Maps o lo observa desde el aire con Google Earth, se descarga una audioguía en MP3, actualiza los mapas de su GPS, utiliza un buscador de vuelos y hoteles para dar con el más barato, se informa de cómo son los hoteles y restaurantes en foros y portales de consumidores como 11870.com y cuando regresa, cuelga en Facebook las fotos de su viaje, lo cuenta en las redes sociales, responde a dudas en los foros, da su opinión en portales de consumidores, situándose así en el otro lado, pero sin dejar de formar parte de un engranaje que, cada vez más, nos acerca a un nuevo tipo de viajero: el turista 3.0.

Vía: El País

Imagen: Viajes Roatan