Cascais: Turismo para reyes y princesas

Sus orígenes no podían ser más humildes y como casi todas las ciudades ribereñas, a orillas de un océano, comenzó como un pequeño y tradicional pueblecito de pescadores, que debían a la mar cuanto podían llevarse a la boca. El paso del tiempo y las bondades de la zona hizo que un grupo de acomodados y adinerados eligieran este pedacito de costa portuguesa para edificar sus lujosos chalets, allá por los años 30 del siglo XX.

Sin embargo, la verdadera explosión turística de Cascais no tuvo lugar hasta que la exiliada familia real española, junto a otras casas reales de Europa, pusieron sus ojos en esta villa de Portugal, situada a poco menos de treinta kilómetros de la capital lisboeta. Las cosas cambiaron para Cascais y el pequeño pueblecito marinero se convirtió en el destino preferido para reyes y princesas, además de todos aquellos cortesanos y miembros de la jet-set, que decidieron ‘pasar’ por allí para codearse con la Créme de la créme.

Pero Cascais tenía vida mucho antes de la llegada de los infantitos y ha seguido teniéndola cuando las modas llevaron a principes y coronas hacia otros lares. Sin embargo, ese rancio abolengo que prestaron a los diseños de sus calles siguen estando ahí, para uso y disfrute del paseante de ese triángulo dorado formado por Lisboa-Estoril-Cascais.

Pequeños callejoncillos de adoquines, dan testimonio de otras tiempos, no tan antiguos como sus inicios prehistóricos o el paso de los romanos; pero permiten comprobar la supremacía portuguesa en la Edad Media, su relaciones con las Indias, sus hitos culturales, sus intentos defensivos…

Quienes hagan su escapada a las hermosas playas de Cascais, tienen una multitud de actividades que realizar, desde visitar su Cidadela hasta comer un rico plato de pescado, tan del gusto de sus fogones tradicionales. Imprescindible contar con información del alquiler de coches en Cascais, para hacer más cómodo el viaje, y conocer las mejores rutas para recorrer Portugal en coche.

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