Cómo hacer una mudanza
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
¿Estás listo para saber cómo organizar una mudanza?
Ya os contábamos anteriormente cómo llevar a cabo tanto los preparativos de una mudanza, como la clasificación y el embalaje antes del traslado, acontecimientos a los que hay que enfrentarse al menos una vez en la vida y que hay que darles importancia para saber cómo organizar una mudanza. En caso de no organizarse de modo óptimo, nos traerán más de un quebradero de cabeza y algún que otro disgusto.
Conviene hacer unas recomendaciones sobre el traslado y el porte de nuestras pertenencias, que empiezan por encontrar el mejor lugar donde poder reservar alquiler de furgonetas para mudanzas.
Con todo ya dispuesto, y pilas de cajas haciendo cola para salir por la puerta, lo primero que debemos prever es si junto a ambas viviendas, la de origen y la de destino, existe la posibilidad de aparcar sin inconvenientes la furgoneta, y solventar todas las posibles trabas con que nos encontremos. Un buen truco es usar nuestro propio coche para guardarnos una plaza frente a la vivienda de origen durante los días previos, que luego sustituiremos por la furgoneta de alquiler y aparcaremos en otro lugar. Si en la familia se poseen dos vehículos, se puede realizar la misma operación frente a la vivienda de destino.
El día del traslado es el de mayor estrés, de modo que buscaremos a alguien que pueda hacerse cargo de nuestros hijos pequeños o nuestras mascotas, para operar con total libertad. En esta etapa de ” cómo organizar una mudanza”, conviene por tanto tirar de los amigos, que pueden sernos de gran ayuda a la hora de cargar cajas y agilizar así el tiempo del traslado. El alquiler de furgonetas para mudanzas es una práctica muy habitual entre aquellas personas que quieren ahorrarse una considerable cantidad de dinero. Recordad además tener a mano una caja de herramientas, pues nunca se sabe cuándo las vamos a necesitar.
A la hora de distribuir las cajas en la furgoneta, debemos tener en cuenta varios aspectos, empezando por elegir el tamaño de la furgoneta, ya que condicionará tanto el número de viajes como la colocación de los bultos en su interior. Comenzaremos colocando los bultos más pesados, para apilar sobre ellos los más livianos y evitar de ese modo que las cajas se aplasten. A las que contengan objetos frágiles o inflamables les reservaremos un hueco específico, protegido de posibles golpes, e intentaremos transportarlas en un único viaje.
Si la furgoneta no está dotada de una reja protectora, tendremos que evitar que los bultos sobresalgan de la altura de los asientos, pues en caso de colisión o frenazo podrían salir despedidos y golpearnos en la cabeza. Además, se recomienza sujetarlos firmemente con ayuda de cuerdas tensoras para evitar que se desplacen. En el primer viaje, transportaremos los muebles, para, en traslados sucesivos, desplazar las cajas y colocarlas en los huecos libres, y así no entorpecer la disposición del mobiliario.
Una vez que estemos descargando los bultos es necesario que respetemos el orden que asignamos a cada caja en origen, distribuyéndolas de acuerdo a si pertenecen al dormitorio, al salón, al baño o a la cocina. En este punto será bueno que hagamos un recuento de las cajas, ayudándonos por el número que en cada una escribimos, para asegurarnos de que no olvidamos ninguna en la antigua casa, o que no se nos perdió nada por el camino. Es importante también comprobar que no nos dejamos nada dentro de la furgoneta de alquiler a la hora de acudir a devolverla. ¡Ya está! Ahora sólo nos falta relajarnos… y disfrutar de nuestro nuevo hogar. ¡Ah, no! ¡Que aún tenemos que colocarlo todo!