En los albores del siglo XXI, uno de los genios del cine de Ciencia Ficción, Steven Spielberg, obligaba al ingenio de los especialistas en efectos especiales y a los diseñadores de automóviles a trabajar en conjunto para llevar a la gran pantalla el vehículo del futuro: el Lexus 2054 Concept, de Minority Report.
La película fue un bombazo protagonizado por uno de los reyes más taquilleros de los filmes de acción, Tom Cruise; aunque hay quien asegura que el coche le robaba protagonismo en más de una secuencia. No era para menos. Mientras la industria automovilística suele concebir sus proyectos adelantándose 5 ó 6 años en el tiempo, Lexus aceptó el reto de idear el coche que podríamos conducir medio siglo después.
Las funciones de este coche de cine eran impresionantes, desde la capacidad de poder adaptarse a una coducción normal o ‘levitar’ sobre carriles magnéticos, a autocambiar el color de su carrocería al antojo de su propietario. Evidentemente en funcionalidad mecánica nos topábamos con toda una máquina.
El deportivo biplaza de 680 CV poseía todas las condiciones de seguridad biométicras necesarias para trepar por paredes y aguantar el tipo frente a choques o caídas. Funcionaba con baterías ecológicas, recibía órdenes de voz e incluso poseía piloto automático. Sin embargo, por dentro, este prodigio era otra cosa.
Aunque se rumorea que Lexus invirtió 5 millones de dólares en el prototipo, sólo para poder rentabilizar su imagen corporativa, lo cierto es que el trabajo de los 24 especialistas, reunidos por Spielberg sólo para concebir el automóvil, trabajaron sobre el chasis de Chevy V6 y una caja manual de 6 velocidades. De todos modos el futuro se palpaba en cada escena de Minority Report en que apareció ese Lexus 2054 Concept.