Ferruccio Lamborghini era un hombre muy rico que había ido comprándose varios coches Ferrari. Sin embargo, el funcionamiento de los lujosos vehículos no terminaban de convencerle, pues diversos problemas mecánicos le impedían disfrutar de ellos plenamente. Se cuenta que un día llamó a Enzo Ferrari para quejarse de la mala calidad de sus vehículos, a lo que el magnate contestó que un fabricante de tractores nada podía saber sobre coches. Ese fue el detonante que empujó a Lamborghini a crear un superdeportivo, idea que desde hacía tiempo le rondaba la cabeza y no acababa de llevar a cabo.
Efectivamente, Ferruccio Lamborghini era uno de los industriales más prósperos de Italia gracias a que se dedicaba a la producción de tractores desde que fundara una fábrica tras la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces su fortuna había ido en aumento, pues supuso la creación de un importante punto de referencia en esta industria. Uno de los sueños de Ferruccio Lamborghini era construir helicópteros, deseo que se fue al traste tras negársele la concesión del Gobierno necesaria para el proyecto. Sin embargo, nadie podría acabar con su otro gran sueño: construir un superdeportivo.
Fue en 1963 cuando Lamborghini nacía como marca de automóviles de lujo para competir con Ferrari. El primer modelo veía la luz en una pequeña fábrica de la localidad de Santa Ágata, a 25 kilómetros de Bolonia, y llevaba por nombre 350 GTV. Se trataba de un cupé dos puertas biplaza, cuyo prototipo se presentó en el Salón del Automóvil de Turín. Su motor fue diseñado por Giotto Bizzarrini y era el mejor del mundo en la época. Para el diseño del vehículo y la puesta en marcha de su producción se contrató a los ingenieros Giampaolo Dallara y Giampaolo Stanzani, quienes le confirieron al vehículo unos rasgos exagerados e incluso agresivos.
Desde un principio, Lamborghini se decantó por las producciones en parte limitadas respecto a número de unidades y cortas en relación a los tiempos de lanzamiento, de modo que tras la aparición de un nuevo vehículo, se iban lanzando sus sucesores, lo que permitía no sólo relanzar los vehículos cada cierto tiempo, sino ir perfeccionándolos poco a poco.
Tras el 350 GTV vendría el 350 GT del que se produjeron 120 unidades, el 350 GTS ó el 400 GT. Más adelante se fabricarían modelos que todos tenemos en nuestra retina, como el Lamborghini Murciélago, el Lamborghini Diablo o el Lamborghini Gallardo. Desde aquel primer 350 GTV al actual Reventon Roadster han sido más de 60 los modelos producidos por la casa Lamborghini, aún a pesar de que la gran mayoría de nosotros sólo los hayamos visto en fotografía o expuestos en alguna feria automovilística.
Esta es la historia de cómo un hombre dio el salto de la producción de tractores a la creación de superdeportivos superando incluso al mismo Ferrari. Tal vez mañana, en otro artículo, contemos la historia de cómo uno de nuestros lectores dio el salto desde el asiento de tela de su Ford Fiesta a la tapicería de cuero de un precioso Lamborghini. ¿Acaso serás tú? Cuando te ocurra nos lo cuentas.
Imagen: 3D Juegos