La trashumancia jamás ha dejado de estar presente en nuestras vidas. De hecho, hemos terminado sustituyendo los clásicos carros de madera tirados por caballos por el tuneado de furgonetas, autobuses y camiones con todo lujo de detalles para que los viajes que hagamos sobre ruedas sean lo más confortables posibles. Un buen ejemplo de esto lo tenemos en la restauración de un viejo autobús Chevrolet Viking de los años 50.
Este autobús de 1959 fue diseñado en principio para el transporte de 12 pasajeros y el conductor. Sin embargo, su actual dueño ha convertido su interior en una auténtica casa rodante para dos a la que, como podéis apreciar en las imágenes, no le falta de nada.
Dispone de dos camas independientes susceptibles de ser unidas en el centro del Chevrolet Viking para convertirse en una de tamaño queen; todo un sistema de tuberías para el perfecto funcionamiento del baño y fregadero y, por supuesto, posee suministro eléctrico de 120 y 12 voltios.
En la parte superior del Chevrolet Viking hay una vaca que nos permitirá acoplar, sin quitarnos espacio del interior del habitáculo, toda maleta o bulto que tengamos que transportar. Así mismo, en la puerta trasera el autobús cuenta con una especie de repisa con la anchura suficiente para anclar un par de bicis o incluso una motocicleta.
La única pega que se le podría poner a esta espectacular casa rodante, si es que queremos ponerle alguna, es la falta de cocina y asiento para copiloto junto al conductor… pero, ¿de verdad nos vamos a centrar en esas menudencias pudiendo disfrutar del paisaje durante todo el recorrido?
Imágenes cedidas por Trent Bell Photography