Ford T, el coche de producción masiva que revolucionó la industria
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
Desde el nacimiento de los primeros vehículos de vapor del siglo XVIII, pasando por el primer coche patentado por Benz en la década de los 80 del siglo XIX, los coches habían sido un lujo inventado para las clases altas. Los costes de estos ‘aparatos’ resultaban completamente prohibitivos para la mayoría de la población, hasta que llegó Henry Ford, un revolucionario de la industria automovilística, que puso la automoción al servicio del ciudadano.
Este cambio radical, que supuso uno de los avances más importantes de la industria automovilística, llegó de la mano del Ford T, un modelo cuyo primer vehículo se puso a la venta en 1908, solo un lustro después de que el propietario de la Ford Motor Company fundara su empresa.
Desde el principio Henry Ford soñaba con masificar la producción de coches y hacerlos asequibles al mayor segmento de población. Para ello el Lizzie, como fue conocido el Ford T entre las clases populares norteamericanas, fue concebido como un coche de dos plazas, muy sobrio en su diseño y tremendamente práctico y funcional.
Este concepto abarató bastante su producción. El coste al público, tan solo 850 dólares, lo acabó catapultando como uno de los grandes objetos más consumidos entre los años 1908 y 1927. A partir de ese momento la idea de que el utilitario era un objeto ‘necesario’ para la familia se afianzó hasta el día de hoy.
Los amantes de los coches de época aún pueden contemplar algunas piezas históricas de este coche en algunos museos de la historia del automóvil. Para quienes tengan un poco de memoria, sólo una curiosidad: el Ford T se hizo muy famoso en las películas de cine mudo, donde se desplaza la policía en aquellas divertidas persecuciones de los albores de la industria cinematográfica.
Imagen en Creative Commons or Public Domain: Flickr/DaGoaty y Flickr/Collector Car Ads