Me he quedado completamente conmocionado tras leer un post en el blog de SZ Auto donde se informa acerca de un estudio británico que desvela que el 63% de los niños afirma que sus padres son conductores agresivos y aunque el estudio no se ha realizado en España, mucho me temo que los datos no deben ser muy diferentes en nuestro país…
Pero este elevado dato no es lo que me ha horrorizado, sino el hecho de que un 22% de los niños entrevistados dijeron que en ocasiones se encogían en su asiento para intentar protegerse. ¡¡Un poquito de por favor!!
Quería aprovechar esta noticia, algo vieja ya, para llevar a cabo un ejercicio de reflexión y hacer entrar en razón a todas aquellas personas que conducen de manera agresiva, sobre todo delante de los niños, máxime si se trata de sus propios hijos.
Leyendo algún dato más de los que se desprenden de este estudio, realizado por la marca de neumáticos Continental, veo que uno de cada cinco niños sí que increpa a sus padres para que conduzcan mejor, y me recuerda a una ocasión en la que yo mismo fui testigo de cómo una niña de tan sólo seis años le decía a su padre “papi, no corras tanto”. Estremecedor. Pero aún lo es más el hecho de que el 14% de los niños británicos aseguraron “estar demasiado asustados como para decirles nada”.
Ante esta evidencia, y teniendo en cuenta que los niños no mienten ni sesgan encuestas atendiendo a lo que es políticamente correcto reconocer y lo que no, quisiera aprovechar este espacio para pedirles a los padres que se vean aquí reflejados que corrijan su conducta, que sean siempre precavidos al volante y que si viajan con sus hijos lo sean aún más, que están en juego cosas muy importantes. Que no sean bruscos y estén pendientes siempre de si una maniobra puede asustar o no al niño que viaja junto a ellos, que no es de recibo que un niño tenga que encogerse para protegerse por miedo a sufrir un accidente. Que no digan palabrotas, insulten o muestren comportamientos agresivos, que luego los niños lo copian. En definitiva, que respeten siempre a los otros conductores, al resto de pasajeros y por supuesto a los niños que viajen con ellos, a quienes deben dar ejemplo de conducción y de comportamiento para evitar que cuando sean adultos reproduzcan determinadas conductas indeseables o peligrosos vicios al volante. Como se enseña en este fantástico vídeo, “Children see, Children do” (Los niños ven, los niños hacen).
Vía: SZ Auto
Imagen: Onderweg; BrisbaneTimes