Ahorra… ¡Pero ahorra mucho! A 18 céntimos el litro y no habiendo tenido nunca un problema mecánico ya me contaréis si no merece la pena montar en casa un pequeño laboratorio para la elaboración de biodiésel con aceite reciclado, ¡Aunque tengamos que montar la biogasolinera en la habitación de los niños!
Al precio sin competencia de la fórmula casera desarrollada desde hace siete años por José Manuel Cano hay que sumarle además el pequeño granito de arena que aporta al cuidado del medio ambiente, reciclando aceite usado altamente contaminante cuando llega a nuestros ríos.
Si bien es cierto que los biocombustibles no parecen ser una solución acertada para cuidar del medioambiente, partiendo de la idea de que los cultivos masivos provoquen deforestación, favorezcan el cambio climático y puedan incluso derivar en mayores hambrunas en los países más pobres -como sosteníamos en el artículo Los biocombustibles son muy dañinos para el medio ambiente-, la cosa cambia si su elaboración parte de aceites usados y contribuye a su reciclaje, ya sea a gran escala o a nivel particular, como es el caso de el protagonista de nuestro post de hoy.
José Manuel Cano comenzó fabricando biodiesel a partir de aceite nuevo para luego dar un paso más y obtenerlo a partir de aceite vegetal usado, que es lo que a nosotros nos interesa: dar salida a un residuo que crece en nuestras freidoras y sartenes, no utilizar cultivos para un uso que compita con fines alimentarios. Si eres de los que tira el aceite usado por el desagüe… ¡Muy mal, porque un litro contamina 1000 litros de agua! Pero es que además estás tirando dinero, que lo sepas.
El proceso puede parecer un poco complejo o incomodo, pero si nuestras abuelas hacían jabón con el aceite usado ahorrando un dineral de la época en detergente, no sé porqué si alguien se lo plantea de verdad no podría llegar a fabricar su propio biodiésel, tan sólo tendríamos que aprender e instalar un reactor en el patio de casa.
Para su fabricación es necesario filtrar bien el aceite usado para eliminar las impurezas y restos de alimentos, calentarlo para eliminar restos de agua que pueda contener, preparar el metóxido con mucho cuidado mezclando metanol con hidróxido sódico (NaOH o sosa caústica) y mezclarlo con el aceite removiendo bien y con cuidado de que no escapen vapores tóxicos; esperar a que los ácidos grasos se separen de la glicerina y el metanol se una a ellos y lavar el biocarburante obtenido para eliminar los restos de otros compuestos. Este es el resumen de la explicación, quien desee conocer los pasos, precauciones en detalle y el instrumental necesario, puede consultar la guía de fabricación de biodiésel casero que ha elaborado el propio José Manuel Cano.
Pero claro, no podemos olvidarnos de una limitación que existe en la fabricación de biodiesel a partir de aceite usado para un uso continuado, freno con el que también se encontró nuestro protagonista: ¿De dónde sacar tanto aceite residual? ¡Si en casa comiéramos tanta fritanga acabaríamos convirtiéndonos nosotros mismos en bicombustible! José Manuel Cano buscó su fuente de suministro en algún bar conocido. Parece fácil, todos conocemos un bareto de fritanga relativamente cerca de nuestra casa…
Vía: Coches.com
Imagen: Desarrollo y Defensa; VariedadPlus