¡Puf! Ya ha comenzado septiembre y no hay vuelta atrás. De regreso al trabajo seguro que todos estamos rodeados de caras largas y de compañeros que gimotean no sé qué de síndrome posvacacional… ¡Pues no les sigas el rollo! Piensa que las vacaciones no existirían si no existiera tu trabajo. A no ser, claro, que seas millonario, pero si lo eres, seguramente ahora no estés leyendo esto, sino disfrutando de un masaje en alguna mansión de la costa.
El caso es que ya hemos vuelto casi todos de nuestras vacaciones de verano. Quedan los rezagados, los más listos, los que ahorrarán la mitad del dinero haciendo el mismo viaje que hicimos nosotros y no se asfixiarán de calor a todas horas. Para los demás… ¡Comienza la operación” retorno al entorno”!
La vuelta de vacaciones es época de proponernos cambios. Hemos regresado del hotel o del apartamento con la idea de cambiar la distribución del salón y hasta incluso el mobiliario y por eso hemos programado pasarnos por el Ikea el próximo fin de semana, alquilar una furgoneta y abarrotarla de muebles y adornos para convertir nuestro salón en otra cosa, en lo que sea siempre y cuando no se parezca a lo anterior, así se nos antoja menos real el hecho de que hemos vuelto a la rutina.
Además, dentro de poco comienza la vuelta al cole. ¡Esa es otra!, comprar los uniformes, los libros, los lápices… Y volver a organizarnos para ver cómo llevamos a los niños a clase. ¡Y encima la yaya aún no habrá regresado del pueblo! ¡Y el niño sale antes! ¡Y Paco (o Paca) se lleva el coche al trabajo! Tranquilidad, si ves que te superan las circunstancias, puedes alquilar un coche para llevar a los niños al cole mientras regresan, poco a poco, la normalidad… ¡y los abuelos!
Como ves, todo es cuestión de no desesperar, organizarse y plantearse el regreso al trabajo y a la ciudad como una nueva etapa. Los hay a los que les da por hacer las colecciones de los quioscos, hay quien cambia la cama de lugar y reorienta los potos, los hay incluso que, misteriosamente, enferman justo a la vuelta de las vacaciones y no pueden incorporarse al trabajo, ¿serán las fiebres tifoideas o que se han dado un golpe en la nuca con el pico de la rutina…?
Imagen: Arte y Fotografía / cotty