Pueblos blancos andaluces que cautivan a poetas y viajeros
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
Atardece lentamente y los últimos rayos del sol tiñen de rojo las blancas calles. Nuestros pasos resuenan con un taconeo sordo sobre el empedrado del pavimento y frente a nuestros ojos resplandece un caserío, a lo lejos, suspendido en la ladera de una montaña. De fondo, comienzan a escucharse los acordes de una guitarra española, podría ser “Entre dos aguas”, podría ser… parece venir de una taberna. No cabe duda: estamos en el alma de Andalucía. Proponemos hoy la ruta de los pueblos blancos andaluces, que se reparte entre las provincias de Málaga y Cádiz.
Una veintena de pueblos que tienen en común las fachadas de blanca cal la componen. Un camino que tendremos que recorrer en coche y, en caso de no contar con uno propio, podremos recurrir al alquiler de coches en Málaga o al alquiler de coches en Cádiz, en función de cuál sea nuestro origen.. La ruta de los pueblos blancos andaluces se presenta como una excusa ideal para conocer y disfrutar del rico y diverso patrimonio histórico, cultural y natural que posee cada una de las villas que la conforman.
A lo largo del camino, el viajero se topará con iglesias de diferentes estilos arquitectónicos, yacimientos arqueológicos de distintas épocas, castillos, cuevas prehistóricas, museos y espacios naturales de inefable belleza como el Parque Natural de los Alcornocales o el Parque Natural Sierra de Grazalema. Todo ello, impregnado del sabor más auténtico que nos ofrece la gastronomía típica de cada pueblo. Como las truchas de El Bosque. Las mantas de Grazalema, los artículos de piel de Ubrique y Prado del Rey o las famosas guitarras de Algodonales, son excelentes adquisiciones si se desea comprar artesanía.
Los monumentos de Arcos de la Frontera donde destaca la Basílica de Santa María, el Castillo Ducal o la Casa Palacio del Mayorazgo; el Castillo del Fontanar o Palacio de los Ribera, y el Convento del Corpus Christi en Bornos; la Iglesia de Santa María de Gracia o el Castillo en el monte de Fatetar y la Iglesia de Santa María de Mesa o los restos del castillo como la Torre del Homenaje en Zahara de la Sierra, son sólo algunos ejemplos de los múltiples monumentos y joyas arquitectónicas que pueden encontrarse a lo largo de esta ruta de pueblos blancos andaluces.
En Villaluenga del Rosario el viajero se sorprenderá con su peculiar plaza de toros, de forma poligonal, con los tendidos construidos aprovechando las estribaciones de las rocas; Olvera destaca por su fortificación árabe. En Setenil de las Bodegas descubriremos casas trogloditas en las rocas, y qué decir de Ronda, joya arquitectónica andaluza y corazón de la Serranía de Ronda que invita al viajero a quedarse un tiempo. Casares, de fundación romana en tiempos de Julio Cesár y con casco urbano de estilo árabe o Jimena de la Frontera, en el precioso Parque Natural de los Alcornocales, son sólo algunos de los pueblos que merecen atención.
Otros municipios que también forman parte de esta ruta y que atesoran importante monumentos, fiestas y tradiciones son Villamartín, Benaocaz, Montejaque, Jimera de Líbar, Atajate, Benadalid, Gaucín, Castellar de la Frontera y Benaoján.
Imagen: Flickr / raul-s ; Wikimedia Commons / Maesejose