Pueblos de Alicante (I): Calpe, la ciudad del peñón
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
La costa alicantina ofrece al visitante pueblos de gran belleza y tranquilas playas mediterráneas, que ningún turista en la región puede dejar de visitar para conocer la auténtica esencia levantina. Nuestra propuesta de hoy se refiere a Calpe, en la comarca de la Marina Alta, y en cuya costa se alza, majestuoso, el Peñón de Ifach, una mole rocosa de más de 300 metros de altura, lo que lo convierte en uno de los símbolos de la Costa Blanca. Los restos más antiguos datan de la Edad del Bronce y la ciudad conserva vestigios de íberos, árabes y cristianos.
A lo largo de sus 13 kilómetros de litoral se suceden calas y playas de gran calidad medioambiental, tales como Playa Arenal-Bol, de arena fina y dorada y aguas transparentes, salpicada de palmeras y que limitan con el paseo marítimo; Playa Cantal Roig, junto al puerto, y al Peñón de Ifach y La Fossa, con todo tipo de servicios. También destacan las calas Calalga, del Mallorquí, El Collao, Morelló, Penyal y El Racó. Preciosas, muchas de ellas aisladas o de único acceso por mar.
Todo aquel que pase unos días en las cercanías no puede dejar de acercarse a conocer Calpe, y no son pocas las personas que recurren al alquiler de coches en Alicante para conocer a fondo el entorno o moverse libremente por su costa y lugares de interés. Para llegar desde Alicante hasta Calpe podemos tomar la carretera de la costa o N-332. Tardaremos menos por la AP-7, pero, además de ser de peaje, no recorre un camino tan bonito como la carretera primigenia.
En Calpe el viajero se topará con reminiscencias de diversas culturas materializadas en monumentos que combinan tradición y modernidad, y se encuentran diseminados por el término municipal, tales como la ermita de San Juan, el Museo Etnológico Casa Cocó, los Baños de la Reina o la Villa de Ifach. El recorrido por su Casco Antiguo, además de con una arquitectura peculia,r cuenta con diversos museos.
Uno de sus emblemas es el Peñón de de Ifach, de 332 metros de altura y un kilómetro de longitud, que se une a la tierra por un estrecho istmo y es producto de un deslizamiento de la cercana Sierra de Oltà, por lo que se erige como uno de los accidentes geográficos de mayor singularidad y belleza de todo el litoral mediterráneo. A sus pies se encuentran el Real Club Náutico Calpe y el puerto pesquero, punto de encuentro de escaladores y submarinistas de todo el mundo.
El viajero disfrutará también de la comida de la zona, pues la gastronomía de Calpe se basa en platos cuyo principal ingrediente son pescados de la bahía como rape, caballa, pulpo o sardina. Las especialidades autóctonas son la llauna de Calp y el arròs de Senyoret. Además, no podremos marcharnos del lugar sin degustar las tradicionales cocas: tortas de harina rellenas de ingredientes, tanto dulces como salados; o los sabrosos dulces de almendras y pasas.