Tenerife en coche (I): Arona, Adeje y Vilaflor

Por pepecar.com

Costa Tenerife

Tenerife en coche posee un encanto peculiar. La isla canaria se presta como pocos destinos a diseñar trazados sobre ruedas que permitan al visitante gozar de impresionantes paisajes, tradiciones, contrastes, diversidad… Es el caso de la ruta que os proponemos hoy, a través de Arona, Adeje y Vilaflor, que nos va a dar la oportunidad de pasar de mojarnos los pies a pie de playa a pasear por las calles del pueblo español ubicado a mayor altura. ¿Hace?

Por supuesto, la ruta Arona, Adeje y Vilaflor es una de las más interesantes que encontraremos por la demás fascinante orografía tinerfeña. Para acometerla te va a venir como anillo al dedo todo tipo de información relacionada con el alquiler de coches en Tenerife, ya que este medio de transporte te va a dotar de una independencia casi imprescindible para recorrer todos los recovecos de la isla.

Mientras estemos por Arona y Adeje estamos seguros de encontrarnos en dos de las zonas dotadas de la mejor infraestructura turística de España. Con un litoral de ensueño, todo está configurado para que las vacaciones sean plenas: centros de ocio, instalaciones deportivas, campos de golf, grandes comercios, mercadillos de artesanía, bares, restaurantes, pubs, discotecas… todo lo que puedas necesitar para disfrutar a lo grande.

Barranco Infierno

Desde la Playa de los Cristianos hasta Costa Adeje, pasando por la no menos internacional Playa de las Américas todo son playas y kilómetros de arena y aires marineros.

Subiendo hacia el interior, dejando el mar a nuestras espaldas, las cosas no empeoran. Muy al contrario, nos encontramos de frente con costumbres ancestrales, tradiciones singulares, cultura y arte. Es el caso de las calles del centro histórico de Arona, con importantes muestras arquitectónicas tanto de tiempos coloniales como endémicas de la isla.

Pero si además seguimos hasta Vilaflor, a través de una ruta de pocos kilómetros en coche, acabamos en el pueblo español a mayor altura. En un rato pasaremos de la orilla de la playa a los 1.500 metros de altura y a contemplar un paisaje lunar indescriptible. ¡Disfrutadlo, merece la pena!

Foto en CC: Edu Martínez y javiersanp