Viaja, come y diviértete gratis, ¿quién dijo crisis?

No nos vamos a engañar: lo gratis mueve montañas. He llegado a ver un anciano de más de ochenta años aguantar un concierto de rock duro sólo porque la entrada era libre. A nadie le amarga un dulce y todos nos ponemos alerta cuando alguien menciona la palabra mágica: gratis. Sin embargo existen auténticos especialistas en conseguir cosas gratis, y hoy queremos enseñaros cómo divertirse, comer e incluso viajar sin gastar ni un euro.

Ya os enseñábamos el otro día dónde localizar actividades gratuitas en Madrid y Barcelona. Hoy queremos ir un poco más allá y hacer extensiva esta práctica de apuntarse a lo gratis a los viajes, las comidas y la diversión sin más.

Barras libres, comidas populares, actividades promovidas por los ayuntamientos, viajes de voluntariado, intercambio de casas… Muchos de vosotros ya conoceréis la web Sin Dinero, en la que se nos advierte de determinadas oportunidades para hacer cualquier cosa que queramos hacer sin pagar nada, ya sean cursos y formación, asesoramiento, ocio, alojamiento… Estar pendiente de esta web puede darnos fantásticas ideas: Espacios de acampada libre, viajes gratis por voluntariado, guías de viaje o trueque de objetos son sólo algunas de las ideas que nos dan.

Sin embargo ha llamado mi atención especialmente la web Comer por la Patilla, en la que nos informan periódicamente de aquellas comidas populares que tienen lugar en los pueblos. Por ejemplo, hoy hay paellada en la localidad murciana de La Unión. Estar pendiente de inauguraciones y presentaciones con cóctel nos ahorrará más de una cena, ¿Cómo? Podemos por ejemplo crearnos una alerta de Google con las palabras “se servirá un cóctel”. Además tendremos barra libre.

Recurrir a portales de Intercambio de Casas cuando viajamos nos solucionará el tema del alojamiento. Otra modalidad es el conocido como CouchSurfing: dormir en el sofá que nos deja otra persona. Pero, ¿Qué pasa si lo que necesitamos es un servicio determinado y no tenemos dinero para pagarlo? Podemos recurrir a la opción de Banco del Tiempo, una iniciativa que está en marcha en algunas ciudades y en la que ofrecemos nuestros conocimientos y habilidades a cambio de los de los demás.