Sistema Start & Stop para ahorrar combustible

Por pepecar.com

Con el precio de la gasolina a punto de alcanzar la estratosfera y un volumen de tráfico urbano que va en aumento conviene que recordemos la existencia del sistema Start & Stop, ideado para un apagado y encendido automático del motor que evita pasar demasiado tiempo al ralentí.

La finalidad de este sistema es ahorrar combustible en aquellos momentos en los que nos encontramos atrapados en un atasco o detenidos en un semáforo, y por lo tanto, reducir los niveles de CO2 emitidos a la atmósfera. Además es un sistema de arrancado más rápido y silencioso.

Pero, ¿Cómo funciona?. Nos centraremos en el sistema de Bosch, ya que es el que incorporan la mayoría de fabricantes. Una vez que el sistema Start & Stop reconoce una parada del vehículo se ha detenido el DI-Motronic apaga el motor. El tranmisor de revoluciones, que mide de forma ininterrumpida el ángulo cigueñal y transmite los datos al regulador, identifica la posición de los cilindros después de que se desconecte el motor y selecciona el cilindro adecuado, preparando el motor de arranque y la inyección directa de gasolina dejando todos los elementos a punto para el arranque directo.

Cuando el conductor vuelva a arrancar, el DI-Motronic da instrucciones a la inyección directa de gasolina y al motor de arranque. Entonces el combustible se inyecta directamente y el motor se pone en marcha.

Frente al sistema de arranque convencional, el Start & Stop está compuesto por un motor de arranque más duradero, una batería de mayor capacidad y un alternador más eficiente. Además incorpora el módulo de control del motor con coordinador de arranque y parada integrado y un sensor que calcula el estado de la batería.

Evidentemente, mucho se ha especulado desde que apareciera en los primeros vehículos sobre si verdaderamente el sistema permite ahorrar o no. Sus fabricantes, obviamente, exaltan sus virtudes y hablan de un ahorro de combustible que oscila entre el 4% y el 8% en función del tipo de vehículo. ¿Qué opináis? ¿Merece la pena?