Hacer la maleta, algunas consideraciones y consejos
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
Hacer una maleta, en principio, no parece algo muy difícil. Y efectivamente no lo es. Ahora bien, otra cosa es que sepamos hacer una maleta como Dios manda, acorde al tipo de viaje y a nuestras necesidades reales y es en este punto donde mucha gente tropieza.
“¿Qué me llevo? ¿Qué tiempo hará? ¿Esto me hará falta? ¡Bueno! Como no lo tengo nada claro lo meto todo y punto”. Error. Cargarás con peso de más, con prendas de más, con objetos de más… ¡Sabio es aquel que sabe viajar con poco equipaje!
Lo primero que debemos hacer a la hora de ponernos a llenar una maleta es organizarnos. Pensemos a dónde vamos y qué es lo que verdaderamente vamos a necesitar. ¿No sabes si hará frío o calor? ¡Simple! Haz una llamada al lugar de destino y pregúntalo. Es algo muy simple pero que no a todo el mundo se le ocurre. Coloca primero el contenido de la maleta sobre la cama para hacerte una idea visual de todo lo que pretendes meter en ella.
Olvídate de modelitos o de pensar posibles combinaciones de ropa ¡Sabes que al final cambiarás de opinión en un conjunto y todo lo demás quedará descabalado! Introduce en tu maleta predas de colores sobrios que combinen bien entre sí, las típicas de “fondo de armario”. Busca para tu viaje un estilo sencillo y llevarás menos ropa que si empiezas a meter prendas pensando en cómo combinarlas.
Infórmate de si en el hotel o en el lugar donde te hospedarás disponen de toallas y ropa de cama, secador de pelo, plancha y productos de aseo. Si es afirmativo ya sabrás qué no tienes que meter en la maleta. Pregunta también si disponen de servicio de lavandería, puedes reducir a la mitad tu equipaje si haces una colada durante tu estancia.
Sobre los productos de aseo, busca en tu droguería formatos de viaje, ocupan y pesan mucho menos. Si no quieres gastar dinero, consigue botes pequeños y haz un trasvase. Lleva sólo el gel, el champú, la colonia o la loción hidratante justa para los días que estés fuera.
Si necesitamos que no pese mucho, conviene elegir un tipo de maleta ligera. La elección del tamaño es igualmente importante, si utilizamos una maleta demasiado grande para el número de días que vamos a estar fuera tenderemos a llenarla y, por tanto, a llevar cosas que no nos hacen falta realmente.
A la hora de colocar las cosas, pondremos al fondo las prendas más voluminosas y resistentes, y sobre ellas las de tejidos más delicados o livianos. Los huecos los rellenaremos con la ropa interior, zapatos envueltos para que no ensucien, productos de higiene y otros elementos de menor tamaño. Recuerda meter los botes que contengan líquidos en una bolsa de plástico bien cerrada para evitar que si se derraman se ensucie la ropa.
Si vas a llevar un abrigo o chaqueta grande, es mejor que no vaya en la maleta, pues no dejará espacio para casi nada. Cárgalo sobre el brazo y ahórrate ese problema.
Imagen: Conversaciones de Ascensor; Nautilia