Beneficio, una comuna hippie en la Alpujarra granadina

Por pepecar.com

Desde luego, en España hay innumerables lugares curiosos y que merece la pena visitar, pero ha llamado mi atención un asentamiento hippie en las proximidades de Órgiva, en Granada, en la zona de la Alpujarra. Aquí, en la ladera de Sierra Nevada, el viajero podrá pasear no por calles, sino por caminos campestres, los que unen las curiosas viviendas que aquí se levantan con cualquier material que sea útil, ya sea arcilla, madera o plástico, y que quedan ocultas entre la maleza.

Para llegar hasta Beneficio será bueno recurrir al alquiler de coches en Granada, en caso de no disponer de vehículo propio. El lugar no aparece en los mapas, por lo que lo ideal será partir de Granada dirección Órgiva, a 53 kilómetros por la E-902/A-44 y, una vez allí, preguntar a los lugareños cómo se llega hasta la comuna, encalvada en un paisaje de cuento de hadas.

En Beneficio están prohibidos el alcohol y las fotografías. Qué curioso y qué hippies más marimandones. Aquí la vida no la rige el capitalismo. Beneficio es uno de los asentamientos hippies más conocidos de Europa donde viven, desde hace un cuarto de siglo, más de 200 personas cuyos nombres no figuran en ninguna lista censal.

Beneficio es el más famoso de la docena de paraísos hippies que quedan en España y, en este lugar, cada uno vive como mejor le parece, sobreviviendo con lo que les ofrece el campo y aferrados a la medicina tradicional, aunque qué importa, si el lugar se presenta como una burbuja donde el dinero vale poco y los títulos universitarios son papel mojado. Cuarenta hectáreas de campamento donde sus habitantes viven en paz, amor y armonía con el entorno, con la Madre Naturaleza.

Artesanos, músicos, proscritos, naturistas… todos conviven en este lugar en el que cada uno aporta lo que sabe hacer y donde predomina el trueque. Carteles cuelgan de los árboles celebrando su comunión con la naturaleza, en una exaltación de los cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra. Las cabañas de madera conviven con viviendas a modo de chabola, tiendas de campaña, furgonetas y tipis o tiendas indias. No hay electricidad ni agua corriente. Se bañan en manantiales y cocinan en fogatas. Todo aquí parece improvisado, pero el caso es que pasan los años y la vida funciona…

Desde luego la mejor manera de estar seguros de si nos gustaría vivir en un lugar así es visitándolo. De modo que no lo dudes, en cuanto tengas un hueco hazte una escapada a la Alpujarra granadina, luego nos cuentas qué te pareció, y tal vez consigas robar alguna fotografía interesante.