Elegir el mejor aceite para nuestro coche
//= get_the_date() ?>Por pepecar.com
El aceite sirve para mantener lubricados y a punto los diferentes elementos del motor, y por eso tanto su elección como los correctos niveles y cambios periódicos resultan aspectos de gran importancia para un adecuado mantenimiento de nuestro vehículo. Aunque cada marca trata de posicionarse ofreciendo los productos más eficientes, la realidad es que las características que un aceite debe cumplir en cuanto a química y comportamiento las fijan organismos internacionales competentes, como la ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automotores).
La principal función que desarrolla el aceite es la de reducir la fricción entre las partes móviles del motor, lo que evita que los rozamientos produzcan el desgaste de las piezas antes de tiempo. Pero el aceite también sirve como refrigerante, pues al minimizar la fricción evita que se eleve la temperatura, como anticorrosivo y como detergente, ya que los residuos flotan en él y son retenidos con facilidad por el filtro.
Podemos dividir los tipos de aceites en dos grupos principales: los aceites minerales y los aceites sintéticos, si bien existen también los conocidos como semi sintéticos, por tratarse de una mezcla de ambos. Los aceites minerales están realizados a partir de una base refinada del petróleo y los aceites sintéticos incorporan además un proceso de laboratorio para atribuirle a esa base refinada unas determinadas características.
Es importante tener en cuenta que para que un lubricante sea adecuado para nuestro motor debe de ser fluido a bajas temperaturas, para que así se obtenga una mayor adherencia cuando el motor está frío y debe además conservar una óptima viscosidad cuando el motor se calienta, para que no se escurra fácilmente. Precisamente la viscosidad, que mide la resistencia de las moléculas a la hora de fluir, es la propiedad más importante, aunque también cuenta con otras como densidad, número de base, punto de congelación y untuosidad.
A la hora de escoger un lubricante para nuestro coche, lo que verdaderamente debemos tener en cuenta es su viscosidad. Para una óptima protección de nuestro motor la viscosidad debe ser alta, mientras que el índice de viscosidad (que determina la variación de viscosidad en base a la temperatura) debe ser bajo. Lo que nos interesa es que el aceite sea fluido en frío pero no demasiado en caliente. A la hora de elegir aceite atendiendo a estos criterios, debemos fijarnos en las dos cifras que aparecen en los envases, indicando la viscosidad. La primera de ellas se refiere a las características que tiene en frío y la segunda a las que tiene en caliente.
Para elegir, deberás saber qué tipo de aceite utiliza tu coche según las recomendaciones del fabricante. Se puede rebajar la primera cifra, pero nunca aumentarla para que sea superior a lo que necesita tu motor. En cuanto a la segunda cifra, no conviene ni que suba ni que baje de aquella cantidad que recomienda el fabricante. En este sentido, existen en el mercado los aceites multigrado, con unas propiedades muy adecuadas para cualquier motor. En cuanto al tipo de aceite que señalábamos al principio, es mejor decantarse siempre por uno sintético, en lugar de por uno mineral.
Una vez que ya sabes cuáles son los tipos de aceite y que eres capaz de identificar qué lubricante es el mejor para tu coche, ahórrate el taller y aprende a cambiarlo tú mismo guiándote por este artículo en el que te enseñábamos cómo cambiar el aceite y el filtro.
Vía: Autoconsultorio
Imagen: Marko Pavlovic; Flickr / smohundro