La reducción del límite de velocidad a 110 km/h. desata la polémica

Por pepecar.com

A estas alturas todo el mundo (a no ser que viva en una cueva, que también los hay y son tan felices) se ha enterado de que desde el pasado lunes se rebajó la velocidad máxima en autopistas y autovías de España desde los 120 km/hora tradicionales hasta los 110 km/hora. Esta medida, adoptada por el Gobierno para reducir el gasto de combustible, ha despertado opiniones enfrentadas y ha levantado ampollas en aquellos colectivos que abogaban por subir aún más los límites de velocidad.

Sin embargo esta acción tiene precedentes. La fijación del límite máximo de velocidad en 130 km/hora se estableció en el año 1974, durante la crisis del petróleo, pues hasta la fecha no existía en España limitación alguna de velocidad máxima. Y se fijó precisamente con la misma finalidad: reducir el gasto de combustible. Más adelante, en 1976, una nueva subida del precio del petróleo obligó a reducir la velocidad máxima a 100 km/hora, hasta que, en 1981 se fijó el límite máximo de 120 km/hora.

Existen opiniones que defienden la medida, y otras que la critican. Algunas personas la consideran adecuada, y creen que además redunda en una mayor seguridad vial. Plataformas como Ponle Freno no se pronuncian, y han puesto en marcha una encuesta donde los ciudadanos pueden opinar sobre esta medida, cuyos resultados se harán públicos a través de los medios del Grupo Antena 3. Ellos mismos se preguntaban en un artículo si salía verdaderamente rentable teniendo en cuenta el gasto en pegatinas para cambiar el mensaje de las señales, que habría que multiplicar por dos atendiendo al momento en el que deban volver a ser sustituidas por otras que recen de nuevo 120 km/h.

Por su parte, Movimiento 140 se pronuncia abiertamente en desacuerdo y recoge firmas en contra de la nueva medida. Hasta la fecha ha reunido más de 30.000, junto con las cerca de 190.000 ya recogidas, a favor de implantar la limitación de 140 km/h en autovías y autopistas. En su caso, están que trinan con esta medida, que se ha planteado como temporal, pero no se sabe hasta cuándo estará en vigor.

Entre los argumentos que se dan, en general, a favor de la medida se encuentran que, aplicando una conducción eficiente, sí es cierto que se reduce el consumo, ya que el rozamiento dinámico aumenta con la velocidad, lo que se traduce eu un mayor gasto de energía. Es lógico pensar también, que reducir en 10 km/h mejora la seguridad vial y que gastar menos combustible redunda en que las emisiones sean más bajas, algo que es beneficioso para el medio ambiente.

Por su parte, quienes se muestran abiertamente contrarios a la medida argumentan que para que verdaderamente esta reducción de velocidad repercuta en un menos consumo, se debe conducir de manera eficiente, algo que no hacemos generalmente en España, y que hubiera sido suficiente con concienciar y formar a la gente en materia de conducción ecológica. Por otro lado, apuntan a que para que esta medida surta efecto, el seguimiento deberá ser mayoritario, y opinan que mucha gente no respetará este límite. También se acusa a la medida de ser meramente recaudatoria (además no conlleva pérdida de puntos del carné). Y otros critican que el coste de la colocación de las pegatinas (unos 250.000 euros), pues no creen que a la larga salga rentable.

Seguro que tú también tienes tu opinión, y nosotros queremos conocerla. Cuéntanos, ¿qué te parece esta medida transitoria del Gobierno?