La niebla es una de las condiciones meteorológicas más peligrosas que podemos encontrarnos en las carreteras, ya que disminuye la visibilidad y aumenta la humedad en las calzadas, incrementando el riesgo para los conductores. Por este motivo, si te enfrentas a ella mientras vas al volante, es vital que extremes las precauciones y que tengas en cuenta los siguientes consejos:
– Comprobar el buen estado del vehículo: hay que cerciorarse de que todo funcione correctamente. Es imprescindible poner atención al estado de los neumáticos y de los limpiaparabrisas.
– No utilizar luces largas: pueden deslumbrar al resto de conductores y a nosotros mismos si la luz rebota contra la niebla.
– Encender las luces de cruce y el alumbrado antiniebla en el caso de que el coche en el que viajas disponga de este equipo: las luces antiniebla traseras sólo hay que utilizarlas en caso de que exista escasa visibilidad. Es importante apagarlas tan pronto las condiciones en la carretera vuelvan a ser favorables, ya que pueden deslumbrar al resto de conductores.
– Mantener la distancia de seguridad y evitar frenazos bruscos: es importante mantener la distancia de seguridad y circular a una velocidad adecuada en función de la visibilidad de la carretera. La Dirección General de Tráfico establece la denominada regla 3V: Visibilidad= Velocidad= Vehículo delantero.
– Si la niebla es muy densa, es necesario tomar como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada.
– Por último, en caso de incidente o de emergencia, se recomienda encender lo antes posible las luces de emergencia, las luces antiniebla y los faros.
Las condiciones meteorológicas en esta estación del año aumentan el riesgo de protagonizar accidentes de tráfico. Por esa razón, la prudencia al volante resulta la mejor aliada para un viaje seguro.