Aún es una propuesta que se estudia, aunque no parece que vayan a tardar mucho en implantarla. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha sido el encargado de anunciar que desde la Dirección General de Tráfico (DGT) se están planteando el aumentar la diferencia entre las velocidades de las distintas vías. Para ello los responsables de Tráfico podrían disminuir el límite de velocidad en carreteras convencionales o incrementar el máximo en autovías y autopistas; incluso podría tomarse una fórmula intermedia que fuese el resultado de aplicar las dos modificaciones.
El ministro de Interior ha señalado que no parecía razonable que en las carreteras españolas se pueda circular a 100 kilómetros por hora, siendo éstas más peligrosas, mientras que por autovía y autopistas, vías con mejores medidas de seguridad, los vehículos no pueden exceder de los 120 kilómetros por hora.
Sin embargo, el anuncio de las previsiones de la DGT no han hecho más que estimular el debate entre quienes creen conveniente subir la velocidad en que puede circularse por autovías y autopistas y quienes ven en la medida una forma de preparar el camino para el cobro de peajes en este tipo de vías.
Para muchos contribuyentes la velocidad en carretera podría verse limitada considerablemente, de manera que el uso de las autopistas de peaje se hiciera indispensable para ahorrar tiempo en los desplazamientos y por tanto nos viésemos ‘obligados’ a pasar por caja para ahorrarnos trayectos eternos y lentos.
En otros países europeos la normativa de Tráfico permite la circulación a más velocidad, como es el caso de Francia, donde en autovía y autopista se circula a 130 kilómetros por hora. En Alemania, en algunas carreteras, incluso no existe límite de velocidad. Por supuesto el peaje está más extendido en estos países, si bien los salarios mínimos de estos europeos también resultan mucho más sustanciosos que los españoles.
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