El mantenimiento o reparación de nuestro vehículo no sólo es cosa de los mecánicos… Algunas de estas acciones, así como las tareas de limpieza, son aspectos que nos competen directamente como conductores. Para facilitar determinadas labores o salir airosos de alguna situación de emergencia en carretera hemos querido comenzar una serie en la que ofrecer algún que otro truco que seguro os será de gran utilidad.
En este primer capítulo vamos a centrarnos en las situaciones accidentales que podemos experimentar con nuestro vehículo y así poder disponer de algunas pautas de actuación que nos ayuden a llegar hasta un taller.
Una de las situaciones que se pueden producir es que pinchemos una rueda, pero no dispongamos de gato para poder sustituirla por la rueda de emergencia. En ese caso lo que podemos hacer es aflojar ligeramente los tornillos y buscar una pequeña zanja en el camino sobre la que la rueda pinchada quede en el aire para poder cambiarla con facilidad. Antes de proceder es importante que te asegures de que el coche no se va a vencer.
Pero también puede ocurrir que lo que no llevemos es rueda de repuesto ni dispongamos tampoco de un kit reparapinchazos que nos permita llegar hasta un taller sin dañar de modo irreversible la cubierta. En este caso, podemos localizar el pinchazo e introducir en él un clavo o tornillo para impedir que salga el aire, volver a hinchar la rueda y continuar despacio hasta el taller más cercano.
En caso de que no sea un pinchazo, sino un corte, me temo que tendrás que llamar a la grúa. Recordamos, no obstante, que es obligatorio llevar rueda de repuesto así como el kit necesario para cambiarla.
Si tu problema es que quieres quitar los tornillos de la rueda, pero notas que no se mueven ni un milímetro, bien porque se han encasquillado o porque se han oxidado, y no dispones de 3 en 1 u otro producto lubricante, rocíalos con Coca-Cola (o derivado) y espera unos minutos para que haga efecto. ¡Suelen salir fácilmente!
Si el problema es que se te ha roto un cristal, bien porque has sido víctima de un robo, por un golpe accidental, o porque te dejaste dentro las llaves y pensaste que romper la luna era la mejor opción que tenías, la mejor recomendación es eliminar con cuidado de no cortarnos los restos de cristales que hayan quedado en el marco y tapar la ventanilla con un plástico grueso, cortado a medida y pegado firmemente con cinta adhesiva. De ese modo te aguantará hasta que lo lleves al taller.
Vía: Terra Motor
Imagen: Flickr / aplumb ; Flickr / Christopher S. Penn