Menorca, playas paradisíacas en una costa llena de contrastes

Menorca es uno de los lugares de España que sin duda más impresiona a los nuevos visitantes, pues en general no suele tenerse una percepción de que sea tan rural y posea una zona costera tan preservada de los estragos de la civilización. Lo cierto es que cuando se conoce alguna de las calas que atesora Menorca no son pocos quienes piensan que nada tiene que envidiar nuestro mar Mediterráneo al tan sobrevalorado Caribe. Menorca es muy rural, tanto es así que el viajero que se aventure a recorrer la isla por su parte central creerá estar recorriendo caminos castellanos. Así que sigue leyendo para descubrir que ver en Menorca en su costa.

El alquiler de coches en Menorca se presenta como una necesidad para todos aquellos que deseen tener libertad de movimiento y recorrer la isla hasta el último rincón, pues la mayoría de sus playas (y la totalidad de las más bonitas) están alejadas de los núcleos urbanos y hay que acceder a ellas por estrechos caminos. Muchos de ellos tienen la peculiaridad de que, cada tanto, poseen un pequeño ensanche de cuneta para que nos podamos apartar en caso de encontrarnos con un vehículo que viene de frente.

El turista que llegue a Menorca vía aérea podrá alquilar un coche cerca del aeropuerto de Mahón,  la capital de la isla, para así poder dedicar las vacaciones a conocer a fondo el lugar. La costa de Menorca no sólo invita al baño, sino a la mera contemplación. Quienes gusten de alimentar su espíritu tan sólo imbuidos por el influjo marino disfrutarán de la isla en cualquier época del año, pero más aún en aquellas de escasa o nula afluencia turística.

Si queréis deleitaros con aguas cristalinas y arenas blancas no debéis perderos Cala en Turqueta, Cala Macarella y Cala Macarelleta. Desde el aparcamiento habrá que caminar  un trecho hasta llegar a ellas, pero precisamente en lo aislado de su ubicación reside su principal virtud, pues ningún viso de civilización enturbiará sus excelentes paisajes, que conjugan playas de aspecto caribeño con acantilados, montes y pinares.


Cala D´Algaiarens, una de las de mayor amplitud, cuenta con una zona de formación de dunas. En ella se mezcla la arena blanca con la dorada en un paisaje de acuarela. Cales Coves se encuentran en una zona rocosa, ideal para practicar el buceo, mientras que Es Talaier, muy poco conocida, puede considerarse una cala casi virgen. Playa Tortuga nos ofrece dos en uno: mar y la Laguna de Morella, frente a ella. Una delicia. Cala Galdana, en el término de Ferreries, es una playa en forma de herradura, de arena fina, resguardada por un espectacular promontorio rocoso conocido como “la Isla” y rodeada de altos acantilados, aunque aquí sí se aprecian los estragos de la construcción.

Pero si lo que buscamos son playas de arena roja, la recomendación pasa por Cala Pilar y Playa Cavallería. La primera de ellas, recóndita, es la más amplia sin urbanizar de toda la isla y se enclava entre montes ocres y grandes formaciones rocosas. Se encuentra en el municipio de Ciutadella y es conocida como la playa roja. Deslumbrados quedarán quienes se acerquen hasta Playa Cavallería, de fondo profundo y rocoso. Aquí es habitual hacerse baños de barro que dejan la piel suave y limpia. En ambas playas será imprescindible que nos llevemos unos bocatas y algo de beber, pues no cuentan con servicios higiénicos, de seguridad o alimentación. Vamos, una gozada.

También, te presentamos otros planes que hacer en Menorca si llueve o una escapada para conocer qué pueblos de interior hay en Menorca.

Imagen: Flickr / Litel Pini; Wikimedia Commons; Flickr / Vibragiel