¿Portugal en Coche? No puedes perderte Oporto y Aveiro.
Hablábamos anteriormente de lo fácil que es hacer una escapada a Portugal y os descubríamos el encanto de la ciudad portuaria de Lisboa y el entorno mágico de Sintra, la Ciudad de los Palacios. Ahora queremos desplazarnos hasta Oporto, la Ciudad de los Puentes, y desde allí viajar a la que se conoce como la Venecia de Portugal, Aveiro, la Ciudad de los Canales.
Oporto es la segunda ciudad más importante de Portugal después de Lisboa y, al igual que ésta, es una ciudad portuaria pero con tintes ingleses. Ubicada en el norte de Portugal forma parte del recorrido obligado de todos aquellos que se acercan con tiempo suficiente como para conocer las ciudades más representativas del país vecino. Aunque en un alto porcentaje los visitantes deciden comenzar su viaje por Lisboa, tras unos días en la capital es habitual que se encaminen hacia otros lugares, por lo que el alquiler de coches en Lisboa es una práctica bastante común.
En Oporto podremos visitar las bodegas donde reposan sus famosos vinos, tales como Ferreira, Offley y Cálem o Croft, Cockburn y Taylor’s, de entrada gratuita y que ofrecen catas de regalo; y, ¿qué mejor que disfrutar de los vinos cuando se cuenta con una estupenda oferta gastronómica? Los mejores restaurantes los encontraremos en Plaza de la Ribeira, donde se puede degustar el famoso bacalao, callos, lubina a la parrilla o un caldo verde.
Oporto también se ha configurado a partir del influjo que diversas culturas fueron sedimentando en la ciudad con el paso de los años. Los visigodos, los romanos, los árabes y los cristianos dibujaron la anatomía de estas tierras. El Oporto medieval nos ofrece la Muralla Primitiva, la Murralla Fernandina con su Muro de Santa Clara o el Muro de los Soportales de la Ribeira. La Catedral de estilo románico, la Casa del Infante, o las iglesias de Santa Clara o San Francisco también son de gran interés monumental.
La localidad es conocida como la Ciudad de los Puentes, debido a la cantidad de ellos que comunican sus barrios por encima de las aguas del río, de distintas épocas y diversos estilos arquitectónicos, tal que el Ponte das Barcas, el primero que se construyó sobre el Duero; Ponte Pénsil, del que aún se conservan restos tras ser sustituido por el Ponte Luís I; Ponte Maria Pia, el primer puente ferroviario en unir las dos márgenes del Duero y en desuso desde la apertura del puente São Joao; Ponte da Arrábida, Ponte do Infante o Ponte do Freixo.
Tras visitar Oporto nos encaminaremos hacia Aveiro, a 78 kilómetros por la A-1 portuguesa. Se conoce a la ciudad como la Venecia de Portugal. Sus calles huelen a mar y a sal, y están entreveradas por varios canales que proceden de la ría de Aveiro, flanqueada en sus orillas por edificios típicos y de gran colorido. Una de las mejores zonas para comer es el Barrio de Pescadores, donde se ubica además el Mercado do Peixe.
Aveiro no destaca por su riqueza monumental, aunque existen diversas iglesias que merecen especial consideración, como su Catedral, la Iglesia de Misericordia, el Convento de Jesús, o la Capilla de Sao Gonçalinho. También posee varios museos, como el Museo de Aveiro, el Museo de la Republica, el Ecomuseo de Troncalhada y el Museo Ciencia Viva. A unos 10 kilómetros del pueblo, el viajero conocerá Praia de Barra, una bella playa de la costa atlántica que posee el tercer faro más alto del mundo. Famosos son los “palheiros”, casas de colores y pintadas a rayas que se levanta en Costa Nova.