En la comarca de las Merindades (provincia de Burgos) y a 75 kilómetros de su capital se encuentra Frías. Este enclave norteño es un precioso pueblo medieval que cuenta con el Castillo de los Duques de Frías, unas de las fortificaciones mejor conservadas de norte de Castilla. Este imponente edificio vigila el verde valle de Tobalina y las serpenteantes calles de la villa desde una altura privilegiada en el cerro de La Muela.
Hablar de Frías, es hablar de tierra de guerreros y de los orígenes de Castilla. Su importante emplazamiento estratégico, al estar a orillas del río Ebro y ser puerta de entrada a los diferentes valles situados en las provincias de Burgos, Vizcaya y Álava, confirió a esta localidad una importancia vital en muchos episodios que marcaron la historia de los reino castellano y navarro.
Su historia está marcada en cada piedra de su calzada romana y sus edificios excavados alrededor del cerro. El núcleo urbano medieval de esta villa está declarado Conjunto Histórico Artístico. Su estructura urbana y las de sus casas, palacios e iglesias hace que cuando paseas por sus calles no se note el paso del tiempo y tengas la sensación de estar caminando por otra época y en otro siglo.
Algo que llama la atención de todos sus visitantes son las casas colgadas que se asientan en la parte alta del pueblo. Unos edificios, construidos en toba y madera, que se encuentran edificados en los mismos extremos de la roca y que dan la imagen al cerro de La Muela de ser una montaña habitada.
Otra estampa de la que difícilmente os olvidaréis si visitáis esta hermosa villa burgalesa es la de su puente medieval. Esta construcción de casi 150 metros de longitud cuenta con nueve arcos románicos que unen ambas orillas del río Ebro. En su parte central, el puente se encuentra coronado por una torre defensiva. En este edificio es donde antiguamente se depositaba el pago que tenían que hacer las personas que transitaban hacia la villa.
Por último y antes de abandonar esta hermosa localidad, os dejamos esta curiosidad: Frías consta como el municipio con título de ciudad con menor población de toda España.
Cuando abandones este lugar tan precioso, te recomendamos que puedas hacer visitas por otras partes de España. El pueblo medieval de Pedraza es un lugar muy recomendable y de una belleza incomparable. También, puedes irte a Gerona y visitar el maravilloso pueblo medieval y sefardí Besalú. Aunque, tampoco podemos olvidar una escapada a lugares como el pueblo medieval de Mutriku o la increíble localidad de Riaza. Y, ya que estamos en la provincia de Burgos, qué mejor que hacer una escapada inolvidable a los pueblos del Triángulo de Arlanza.
Imágenes: Gari Araolaza, Falstaf