Toulouse, la ciudad que se tiñe de rosa en el ocaso

Por pepecar.com

Pepe en Toulouse

¡Menuda escapada al sur de Francia! No sabía que en Toulouse, la cuarta ciudad más importante de la república francesa, amaran tanto lo español. No ha habido manera de practicar francés, todos querían hablar en castellano, pero me han mostrado una Francia espectacular, amable, cultural, divertida e histórica. De ésta vuelvo a Toulouse.

Me pillé un coche de alquiler para poder desplazarme hacia pueblos vecinos, que también merecen la pena y para ir de un lado a otro por la ‘Ciudad Rosada’. La llaman así por el color de los ladrillos de la mayoría de los edificios del casco antiguo. Ojito porque aquí tenéis foto. Debéis esperar a la puesta del sol, cuando los rayos inciden en los edificios y sumen a la ciudad en un surreal color rosado.

Toulouse, para los que creáis que no soy un cultureta, fue la capital de la II República Española durante el exilio y existen un montón de monumentos, lugares históricos y homenajes a los republicanos españoles.  Si quieres ver con tus propios ojos lo que te digo, no te pierdas un paseo por la peatonal Rue du Tahur. Es una calle preciosa, llena de bristós, teterías y bares de… ¡tapas!

Toulouse

La Rue du Tahur nos lleva desde la Place du Capitole, donde está el Ayuntamiento de la ciudad y centro neurálgico de Toulouse, hasta la hermosa basilique Saint-Sernin, un edificio románico imponente. Por el camino os vais a quedar de piedra cuando veáis el edificio de la Cinémathèque, donde además de poner películas a un precio estupendo, estuvo la sede del Gobierno de la República española… ¡Emotivo!

Por cierto que he pasado de puntillas por la Place du Capitol. Es perfecta por la cantidad de bares, restaurantes y locales en los que disfrutar de un vino o un cassoulet de Toulouse (judías, salchicha de Toulouse y pato), pero debéis tener en cuenta que el precio es bastante elevado. Si callejeáis un poco encontraréis un montón de locales con cocina de todo tipo.

No os perdáis tampoco el Convento de los Jacobinos y su espectacular ‘palmera’, una bóveda de 22 metros soportada por una columna de 11 brazos. Para que puedas fotografiarla a gusto, han instalado un espejo a pie de suelo, con lo que disparas la cámara hacia abajo y te sale un pedazo de foto del techo.

Si vas a cenar o a comer, date el gustazo de acercarte al Canal du Midi y subir a un bateau (barcos) de los muchos que están atracados en sus riberas y que ofrecen comida, copa y espectáculo. Es muy romántico. ¡Uf, esto del espacio limitado es pathétique. Me queda tanto que contaros…!

Fotos en CC: Wikimmedia CommonsBenh LIEU SONG;  Flickr/Amaya & Laurent